Melissa González Rodríguez
Psicóloga y fundadora
"Orpheus nace con una propuesta clara: ayudar a las personas en su día a día para que mejoren su estado emocional a través de decisiones transformadoras"
Mi nombre es Melissa, psicóloga sanitaria graduada por la UCM. Me especialicé en inteligencia emocional y en diversas corrientes de la psicología. No creo en recetas generales: trabajo de forma integradora y siempre pensando en lo que de verdad encaja contigo.
Aunque mi vida parecía estable, también atravesé etapas de oscuridad en las que no entendía mis emociones, me hablaba con dureza y veía mi futuro negro. Esa experiencia me definió y me llevó a elegir la psicología, no por vocación temprana, sino porque creo profundamente en la capacidad de transformación.
Me apasiona ver cómo las personas aprenden a escucharse, reconocer su valor y elegir desde un lugar más coherente.
Cada proceso terapéutico me permite redescubrirme y confirmo que, cuando nos atrevemos a intentarlo, siempre podemos crear un nuevo rumbo.
¿Por qué Orpheus?
"Orfeo es un personaje de la mitología griega que desciende al inframundo para recuperar a Eurídice, su amada. Para lograrlo debe atravesar la oscuridad y confiar en el camino sin mirar atrás.
Primera etapa del viaje
El viaje de Orfeo es una poderosa metáfora del proceso psicológico que atravesamos en momentos de crisis, transformación o toma de decisiones importantes. Su descenso al inframundo simboliza un viaje profundo de autoconocimiento y aceptación, ese momento en el que la vida nos invita a mirar hacia dentro y a encontrarnos con nuestras partes más frágiles, dolorosas o incómodas. Es un punto vital en el que solo hay dos opciones: huir de lo que duele o atrevernos a mirarlo para poder avanzar.
Segunda etapa del viaje
Crecer implica atravesar lo que duele. Implica reconocer miedos, heridas y emociones difíciles, sin huir de ellas ni intentar eliminarlas, sino entendiéndolas y dándoles un lugar. Solo cuando nos atrevemos a mirar nuestras sombras podemos transformarnos de verdad.
La música de Orfeo simboliza nuestros recursos internos. La capacidad de escucharnos, de comprender nuestras emociones, de reflexionar sobre el origen y de aprender a relacionarnos con ellas de una forma más consciente. No para negarlas o eliminarlas, sino para darles un lugar y redirigirlas para nuestro bien. Mirar atrás, como hace Orfeo, es quedar atrapados en la duda, el miedo o la necesidad de controlar lo que vendrá. El viaje nos invita a relacionarnos con nuestros pensamientos: no corrigiéndolos ni luchando contra ellos, sino comprendiendo que son eventos pasajeros, que no nos definen y que pueden observarse sin obedecerlos.
La historia de Orfeo nos recuerda que el verdadero sentido del viaje —y de la vida— es llegar a ser quien uno es. No buscar ser mejores, más fuertes o más adaptados, sino convertirnos en nosotros mismos de una forma más completa, no más perfecta "




